30

jun 2023

Inventos

30 de Junio de 2023. Francisco J. Cabrera Gómez

No deja de ser un reto inventar. Aprovechar cualquier idea para sacar su utilidad supone el compromiso personal y social si es, por ejemplo, una vacuna. Normalmente estamos en la idea de que lo mejor es no molestarse demasiado, pero“meter el sueño azul bajo las sábanas, pasar de largo y no saber nada” (Cito Agustín Millares Sall) no vale.


Puede resultar complicado tener ideas buenas, transmitirlas y más difícil comunicarlas. Siempre dependerá de las capacidades que cada uno tiene para ésas habilidades. Tampoco hay que tenerlas, no te las piden, porque además ni las van a tener en cuenta si no es un acueducto y eres romano. Nos ponen todo tan fácil que incluso parece que ya todo está hecho, inventado, que las ideas sobran, que es sencillo vivir el día a día sin preocuparse demasiado.

Nos da la impresión de que el puente siempre estuvo ahí, el avión siempre ha volado y la canción ya cantada. Creemos que no hay nada nuevo bajo el sol, ni una “brizna de hierba” (Cito: Walt Whitman escritor en Estados Unidos en 1819), que el sol siempre ha iluminado y los planetas giraran porque no tienen nada mejor que hacer. Que se escribe para entretener o vender, que se besa porque la selección natural así lo exige. Que se come para vivir sin inanición. Sí. Parece que ya todo está inventado; los coches, las nubes, las ganas y los sueños. Para tener una buena idea, hay que saber, como para tener ésa inquietud.

Ya nos han contado toda la historia de la humanidad, del mundo, del universo. Ya sabemos que hay estrellas caminando, si pudieras, no llegarías ni a la velocidad de la luz porque tardarías miles de años. Nos cuesta hasta hacer hasta un sudoku a la mayoría, ni qué pensar en una raíz cuadrada, no digamos inventar algo nuevo, porque ni tiempo tenemos salvo que se nos ocurra inventar una teoría sobre el espacio tiempo y la relatividad y para eso hay que ser muy inteligente. Nos queda, a la inmensa mayoría, sacar la bandera ante la inquietud, prepararse para no inventar, sino para cambiar lo que no nos gusta. Con calma, pacíficamente.

Por desgracia en la mayoría de los casos, y experiencia hay, que liarse la manta y subir al monte a recoger champiñones, por ejemplo. Alguien, en algún momento, pensó, y con buen criterio, que la protesta social era un gran invento. Que la unión y juntar una mayoría podía dar resultados para hacer cambios. Muchos y muchas terminaron antes de tiempo sus vidas, porque a quien le disgusta la protesta y tiene poder, no se las gasta de buenas formas. Inventar debe ser motivo de cambio, de revolución, que así lo llaman. No es cuestión de molestar sino de mejorar y como no podía ser de otra forma, al ser tantos, siempre habrá quien responda, quién te plante cara y te diga que eres un rojo de mierra, como si el rojo fuera un color a descartar. Hay que seguir inventando con ésa facultad innata que tenemos, por qué desaprovecharla. Se suele oír la expresión “nació aprendido”.

Pero es que se oyen tantas cosas que lo mejor es inventar nuevas formas de cambiar las cosas, con la sana intención de mejorarlas y siempre habrá alguien que quiera hacer todo lo que pueda para empeorarlas. Inventos, nos hacen falta. Debemos reparar especialmente en la juventud, mediatizada y digitalizada y asusta pensar las estadísticas de los que sin aún sin saber qué es la vida, se la quitan con tanta facilidad y pronto. Los que por experiencia y trayectoria, deberíamos reparar de forma inmediata y seria en ésa angustia que genera en los adolescentes que ya no ven motivos para continuar, algo que, sin duda, les debería suponer un reto hermoso y es la única posibilidad que tienen. Inventemos modelos y fórmulas de estimular, de crear en quienes nos preceden y nos adelantan y que vean en la vida un hermoso reto de experiencias y sueños.

Hay que encerrarse en el laboratorio social, sacar todos los matraces, tubos de ensayos y los clorito potásicos o nitratos absueltos para que salga el mejor invento del mundo, el del respeto, la esperanza, la igualdad, identidad de género y lo que se tercie para que, el “no vale meter el sueño azul bajo la sábana” no sea la norma. Camino hay que andar. Repito: Inventemos. Hace falta. “Carecer de alguna de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad”. Betrand Russel